[…] Y en ese momento, recordé algo importantísimo:
-Jeremy... ¿donde está Hayley? - Le pregunté luego de reparar en lo que acababa de pensar, mirando inexpresivamente hacia la pared que tenía en frente.
Él parpadeó y me dirigió una mirada llena de sorpresa.
-¿Cómo sabés que...?
-No importa eso. - Exclamé, hablando tan rápido que casi no se entendía lo que decía. - ¿Dónde fue?
-A un parque a unas cuadras de acá, yendo para...
Pero no logré escuchar lo que me decía porque me había precipitado rápidamente hacia la puerta del comedor y aparecí corriendo por el pasillo atestado de fans y, mientras algunos me seguían, les gritaba que no lo hicieran.
Pero al llegar a la puerta del hospital me detuve en seco contemplando la puesta del sol a través del vidrio. El cielo tenía un color naranja cuya tonalidad me recordaba, obviamente, al color de pelo de la chica que me había suplicado perdón mientras yo fingía estar en coma y la suerte me sonreía al lograr que mi corazón latiera desenfrenadamente.
La recepción del lugar estaba desierta y yo era la única persona que estaba allí, de pie frente a la puerta, pensando si lo que estaba haciendo era lo correcto o estaba cometiendo un error muy grande al querer volver a ver a aquella persona que tanto me había cautivado. Cerré los ojos y esbocé una media sonrisa mientras debatía conmigo mismo si estaba haciendo las cosas bien o si todo era un error.
“Ella no es mía. En términos generales, nunca lo fue. No somos dueños de las personas por mucho que nos amen o las amemos, porque después de todo son personas y las personas son libres. Decir que Hayley fue mía es como decir que fue mi esclava, alguien a quien podría usar para satisfacer un sentimiento o una necesidad, algo parecido a un objeto… y Hayles nunca fue ni será un objeto. Si bien fue parte de mi pasado, también lo es de mi presente porque todavía siento algo muy fuerte por ella… pero la vida es hacia delante. Volver con Hayley sería volver hacia atrás, retroceder. Hay que crecer y hacernos fuertes con lo que más nos duele. Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte, y estar sin ella es una constante agonía que parece no tener fin. Por algo las cosas terminaron: no funcionamos gracias a una desconfianza. Por más que haya arrepentimiento y deseo de cambiar, por más que se proponga una vuelta a cero, por más que se haga un borrón y cuenta nueva, el resultado podría volver a repetirse y yo soy una persona que siempre otorgó segundas oportunidades en el pasado para que luego me decepcionaran una y otra vez.”
Suspiré mientras daba media vuelta y me dirigía nuevamente hacia el lugar de donde había venido. Jeremy me esperaba para volver a lo nuestro: la música. Sabía que era un hombre muy impaciente y no tenía que hacerlo esperar.
“El fanático que siempre tuvo un crush con aquel ídolo de la música y logró cumplir su más grande sueño en lo que al amor respecta; luego terminó con aquella relación de la manera más estúpida y renuncia totalmente a ella cuando tiene todo para volver a ser feliz como siempre lo soñó, de la manera más dolorosa y difícil.”
Metí las manos en mis bolsillos y levanté la cabeza, aún manteniendo la expresión seria que había adoptado luego de tomar mi decisión, mientras doblaba la esquina que me separaba de aquel pasillo atestado de admiradores y fanáticos.
“Desearía que pudieras leer mis pensamientos, Hayley. Quizás algún día nuestros caminos se crucen de nuevo.”
Aaaaaaah, es muy triste. Me encanta me encanta
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