sábado, 18 de julio de 2009

-¿Podés dejar la guitarra por un rato y dedicarte a otra cosa? – Comenzó a decirme mientras tomaba mi guitarra y la dejaba a un costado.
-¿A qué? – Le pregunté sonriendo.
Ashley se acostó sobre mí y me besó apasionadamente.
-Ya sabés. – Me dijo luego, soltando una risa y acariciandome por debajo de la remera. – Ahora que estamos solos, deberíamos…
No completó la oración y me besó nueva e intensamente mientras intentaba desnudar mi pecho y, una vez lo consiguió, el recuerdo de la cara de Hayley se hizo visible por enésima vez en mi cabeza, pero lo ignoré y dejé que las cosas fluyeran naturalmente, dejándome llevar por el momento.
Ashley ya se había sacado la bata de baño que llevaba puesta, dejándola desnuda pegada a mi cuerpo, y la había arrojado al otro lado de la habitación y, apenas se inclinó para volver a besarme, el rostro de Hayley se desfiguró con una mueca extraña en él. Era una mezcla de dolor, sufrimiento y rabia. Y soltó un chillido que solo yo pude escuchar:
STOP IT NOW!!!!
Me levanté súbitamente, asustado y confundido, y me llevé una mano a la cabeza. Me senté en la cama, mirando fijamente a la pared que tenía en frente.
-Ashley, no. Definitivamente, no creo que sea una buena idea.
Suspiró y me tomó de la mano.
-Mique, algo te pasa. Es la segunda vez que…
-Si, me pasa algo. – Le confesé. – No puedo olvidarme de Hayley.
Ashley contempló mi rostro por unos segundos. En el suyo pude apreciar claramente que mis palabras le habían hecho daño. Sometimes words are like swords, me había dicho una amiga hacía años atrás.
-Eso no quiere decir que… O sea… Ashley, te amo. - Me precipité casi trabándome.
-Pero Mique, me dijiste...
-No es lo que vos pensás. Solamente me hace mal que hagamos este tipo de cosas. – Le expliqué. – No sabés cuanto sufrí la última vez… y no entiendo por qué justamente me tiene que doler tanto su recuerdo cuando hacemos esto. No es que no quiera, sino que no puedo.
Bajó la mirada y se quedó contemplando nuestras manos.
-Ashley… te amo más que a nadie en este mundo.
La tomé del mentón y levanté su cara hasta que nuestros ojos se encontraron. Me acerqué lentamente a ella y la besé.
-Podría… - Comencé a decirle luego de que nos separamos. – Podría hacer un intento… Olvidar duele muchísimo.
Ashley comprendió lo que quise decirle y me besó nuevamente, abrazándome y trayéndome cerca de su cuerpo desnudo.
El rostro de Hayley no solo gritaba en mi cabeza, sino que ahora esa expresión de rabia y sufrimiento se había transformado en un llanto desconsolado.
Stop it, please. I still love you, Mique…
Pero no me detuve por más doloroso que fuera su recuerdo y lo que tuvo que haber pasado desde un principio, pasó de una vez por todas.

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