Desperté al día siguiente y me di cuenta de que estaba destapado y las sábanas solamente me cubrían hasta las rodillas. Tenía muchísimo frío y me sentía agotado. Abrí los ojos y me encontré con una Ashley desnuda, que me abrazaba por el pecho. Procuré levantarme sin tener que despertarla, y suspiré aliviado cuando lo conseguí. Busqué mi ropa en el piso, me vestí y me dispuse a irme. Tenía muchísimas cosas en las que pensar.
Tomé papel y un bolígrafo, le dejé una nota a mi novia y me fui corriendo a casa. Cuanto antes llegara, mejor sería.
El recuerdo de Hayley estaba volviéndome loco, ya que no me dejaba estar con mi actual novia en la intimidad. Mis sentimientos hacia ella realmente eran fuertes, por lo que tenía que hacer algo al respecto.
Fue un gran alivio que Jeremy no estuviera, pues no quería que me preguntara si me pasaba algo, donde había estado, que había hecho… Agradecí al cielo que no estuviera en casa, y me acosté en mi cama a pensar las cosas.
Tenía dos caminos para seguir y era momento de poner mis opciones sobre la mesa.
Hayley. No podía sacarme los recuerdos de los hermosos momentos que había pasado con ella. Todo lo que hice por ella y lo que ella hizo por mí. Era muy difícil asimilar lo que sería mi futuro cuando la razón de mi existencia ya no me quería más. Y todo culpa de un ataque de celos que, para colmo, no tenían fundamento alguno…
Ashley. Estar con ella me encantaba y llenaba en parte aquel hueco dejado por Hayley. El tiempo que pasábamos juntos era realmente hermoso y disfrutaba muchísimo de tenerla a mi lado, pero cada cosa que hacíamos me recordaba muchísimo a Hayley por más que yo no tuviera la intención ni quisiera aceptar ese hecho. Era un calvario tener que soportar cada recuerdo, cada beso, cada te amo. Se sentía como una punzada en mi corazón, pero ella me hacía muy feliz.
Después de haber recapacitado y meditado por unas horas, decidí que no iba a renunciar a Ashley por culpa de un recuerdo que me hiciera mal. La mente humana olvida y sabía que si pasaba más tiempo con Ashley iba a poder olvidarme de Hayley. Y esto era como dice aquella canción. Toda rosa tiene su espina. Toda linda relación tiene su parte negativa. Todo buen recuerdo tiene sus malos ratos.
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