¿Cómo empezar a escribir todo lo vivido en un solo día de una forma que puedan entenderme? Partamos desde el principio: ¿alguna vez amaron a alguien incondicionalmente, confiaron a ciegas, esperaron, soportaron y dieron todo por una persona? Son más las cosas que he hecho por ella, pero resumimos en aquello ya nombrado. Quizás nadie me entienda porque el amor ya prácticamente no existe... quizás un chico heterosexual nunca me entienda, porque de los nuestros quedan pocos y no es por creído sino por realista que lo digo.
Empezar a caminar a las siete de la tarde por el centro de la ciudad de Mar del Plata esperando a una persona que no conocía cara a cara me plantaba nervios y mariposas en el estómago, que me carcomían el cuerpo con cada segundo que pasaba. Era un encuentro que iba a determinar un antes y un después; un me gusta o un no me gusta.
Si. Sé muy bien que estoy metido en una relación a distancia otra vez. Sé que estoy jugando con fuego una vez más. Pero ya sé como manejar esto... por lo menos, sé lo que debo evitar y lo que debo hacer para mantener esto vivo. Creo tener idea de que esto no es fácil y las ganas de vernos y estar juntos pueden terminar en algo malo, pero es cuestión de ejercitar la paciencia y ponerse a sentir.
Sentir. ¿Cómo se puede sentir sin contacto? Fácil. Pensé creer que mi relación anterior con mi ex novia había sido suficiente y me obligué a evitar todo tipo de relaciones a distancia, pero el corazón es más fuerte que la voluntad y siente cosas que no queremos. Si empezamos a sentir algo, no tenemos que reprimirlo. No tenemos que obligarnos a no sentirlo, porque sino la convivencia con ese sentimiento se torna molesta y difícil, a punto de terminar mal una relación que bien puede ser una amistad.
Pero no hay amistad en mi caso, sino algo más que eso: noviazgo. Oficialmente, considero que aquella chica que me crucé en las calles marplatenses por primera vez cara a cara pero que ya conocía hace nueve meses por redes sociales y teléfonos celulares, es hoy mi novia y me siento muy seguro de decir que es la persona con la que pasaría el resto de mis días.
Días. Días que se hicieron eternos desde el diecinueve del corriente hasta el veintidós, disfrutando la vida en la ciudad como pude hasta que las siete se hicieron ocho y el tiempo se paró cuando miré a mi chica a los ojos. Fueron tres segundos cruciales y en mi mente se formularon muchas cosas, entre ellas ¿Por qué una remera de Green Day?, ¿Cómo hago para abrazarla con esa mochila enorme? y Dios... es hermosa.
El físico, a pesar de ser del agrado de alguien, nunca está en mi primer plano al juzgar a alguien. Está en el tercero. Primero, pido una personalidad que me guste. Segundo, que esa persona me quiera. Y tercero, un físico agradable. Y déjenme decirles que ella cumple con todos los requisitos para llenar ese hueco de "chica perfecta"
Fueron horas que se pasaron muy rápido en las que logré cumplir con todas mis promesas: besos a su debido tiempo para no ponerla nerviosa, ya que era su primera vez en boca de un chico; palabras sinceras, incitándola a confiar en mi, siempre con la verdad para no lastimarla y que se sintiera segura; confesiones mirándola a los ojos, como se lo había prometido meses atrás; regalos innecesarios pero que a la vez lo eran para demostrarle que hasta en lo material la tengo presente; estupideces que marcan la diferencia.
Es increíble como tantos sentimientos caben en un solo cuerpo. Como después de una noche increíble con una chica increíble pueda estar en la habitación de un hotel escribiéndole un mensaje de texto y derramando lágrimas de felicidad porque, apenas mis labios tocaron los suyos, supe que todas las viejas heridas de amor habían sido removidas de mi corazón.
No sé que nos deparará el futuro, pero lo único que sé es que estoy dispuesto a esperar años si es necesario. Por ella, todo por ella.

Y otra cosa que sé, es que me quedé con muchas ganas de esto.

Vos entendés, amor.

Y esta canción nunca te estuvo mejor dedicada.

Te amo como nunca nadie te va a amar en tu vida,

incondicionalmente, con locura y pasión, como vos quieras que te ame,

Florencia Méndez