miércoles, 14 de abril de 2010
A veces me siento a mirar por la ventana al mundo exterior que me rodea y que tanto odio. Ese mundo lleno de asesinatos, robos, injusticia... Ese mundo en el cual viven esas personas que tanto odio; un mundo lleno de ignorancia e individualismo, machismo, materialismo... Un mundo al cual nunca pensé ni pienso pertenecer y que a veces me asusta, aunque muchas veces me resulte inevitable hacer un stop en él y mezclarme con las personas. Y es en ese entonces cuando me doy cuenta de que necesito del mundo. Es imposible no convivir con aquellos seres que tanto odio, es imposible no mezclarse entre la ignorancia, la estupidez y la injusticia. Y también encuentro que, al vivir y entrar en aquel horripilante mundo, no es tan malo como yo pienso que es, pierdo mi miedo y cada vez me siento con ganas de salir más... y más... y más.
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