martes, 9 de junio de 2009

Era de madrugada y seguíamos en pleno vuelo. Hayley se había dormido acurrucada en mi pecho, rodeada por mis brazos. Mientras le acariciaba lentamente el pelo aparté la vista de su perfecto rostro angelical y posé mis ojos sobre la oscuridad y las escasas nubes que había sobre el océano.
Necesitaba seguir pensando todo y asimilar el hecho de que realmente estaba viviendo y no soñando, a pesar de que todo lo que venía ocurriendo pareciera una historia inventada por alguien que conociera mis sueños y lo que en verdad necesito para ser feliz. Pareciera como si alguien viviese dentro de mi mente y escribiera capítulo por capítulo la vida perfecta que siempre quise tener.
Parecía mentira. Un invento de mi cerebro para hacerme feliz. Era de no creer que hasta hace unos días atrás veía a Hayley Williams como mi amor imposible y súbitamente luego de haber pasado un par de días con ella estaba durmiendo en mis brazos, haciéndome feliz con cada segundo que pasara cerca de mí. Aunque estuviera dormida, aunque estuviera triste, yo seguiría feliz por ella estuviera donde y como estuviera. Si ella era feliz, yo era feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario